Adorar la Sagrada Eucaristía



El continuo milagro de la Eucaristía

No tenemos la estadística del número de milagros que hizo Jesús durante su vida terrena. Pero hemos de considerar la inmensidad del milagro cotidiano de la Eucaristía. Del Cielo a la Santísima Humanidad, de esa Humanidad a un trozo de pan. Misterio de amor, ante el cual, rendidamente, debemos llenarnos de agradecimiento, de petición de perdón y de súplica para crecer en la fe y el amor.



Iglesias o museos

Triste cosa que algunas iglesias, construidas en épocas de fe, se transformen en museos donde los turistas contemplan cosas muertas. Nuestra fe eucarística debe descubrir una persona que nos ama y nos llama, que pide en silencio ser el centro de la vida eclesial y de toda evangelización.



Almas de Eucaristía

San Josemaría invitaba: “¡Sé alma de Eucaristía! Si el centro de tus pensamientos y esperanzas está en el Sagrario, ¡qué abundantes los frutos de santidad y de apostolado!” (Forja, 835). El alma es el principio que da forma y organiza el dinamismo del hombre. Eso debe ser la Eucaristía para el cristiano. ¿Qué alcances tiene ese sintagma alma de Eucaristía?