Transformación en Cristo



La Vid y los sarmientos

Jesús ha venido para transmitirnos la Vida, con mayúscula, porque es la suya propia. Nuestro destino es estar unido a Cristo: un sarmiento que se separa de la vid es echado fuera y se quema. Otra vida nos vive: apoyarnos en esa realidad maravillosa.



Construye a Cristo en ti

En el Evangelio de la Misa del miércoles de la semana XXXI del tiempo ordinario presenta Jesús la comparación del hombre que construyó una casa y no la pudo acabar. Esa casa es la construcción de Cristo en nosotros, fin de toda actividad. Con la fe lo buscamos, para que se realice el prodigio: no yo, sino Él.



No yo sino Cristo

La existencia cristiana se condensa en las palabras de san Pablo a los gálatas: vivo yo, o más bien no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. Esta meta nos lleva a la humildad, pues nuestro mundo interior habrá sido curado de su egocentrismo, y vivirá en Jesús.