Amor a Ntra. Señora



Dulce encargo

Mujer, he ahí a tu hijo: se inaugura una nueva maternidad. He ahí a tu madre: se inaugura una nueva filiación. Nos sabemos bajo su manto, como niños guarecidos por la madre. Pero también somos conscientes del “dulce encargo” que nos ha confiado Jesús: recibir a María en nuestra casa, honrarla, amarla y hacer que sea honrada y amada.



Señal materna de Dios en María

Busquemos leer los mensajes que Dios –comenzando por que las cosas son- nos envía. El mensaje supremo es Jesucristo, pero en María nos ha revelado su sueño haciéndola Inmaculada- y la necesidad que tenemos de una madre. En Guadalupe vuelve a enviarla para dar cobijo al pueblo abatido. Veamos signos de su maternidad, por ejemplo en el escapulario.



Como un niño con su mamá

La devoción mariana más auténtica no consiste tanto en acumular devociones, sino en tratar a María con la cercanía, confianza, sencillez y abandono con que un niño pequeño trata a su mamá. Ejemplos de los santos y de los espirituales, que nos animan en tal sentido.