Recogimiento



Unir en el Corazón el Cielo y la tierra

Jesús nos espera en los sagrarios y nos espera también en nuestra alma. Nos espera para hacernos felices con su compañía. En la línea del horizonte parece que se juntan el cielo y la tierra, decía san Josemaría, pero donde en realidad se juntan es en nuestros corazones.



Recogerse en un solo pensamiento

Zaqueo, baja pronto porque hoy conviene que me hospede en tu casa… Podemos cambiar el nombre de Zaqueo por el propio y escuchar la invitación que Jesús nos dirige: baja a las profundidades de tu ser, y ahí me hospedaré en tu casa. Como Zaqueo, hagámoslo de prisa y llenos de contento. Es el único motivo de verdadera felicidad: Jesús. Fuera de Él todo vale nada y menos que nada.



Entra en lo más hondo

Cuando vayas a orar, entra en tu aposento, invitaba Jesús. Solo tú puedes estar en tu aposento, es lo realmente tuyo. El problema es que tampoco nosotros entremos, y si lo hacemos, encontraremos a Aquel que vive en lo secreto. Santa Teresa hablaba de nuestra alma como un palacio con muchas moradas, y Dios está en la séptima, es decir, en la más honda.