Recogimiento




Aquel que me ama… 

“Aquel que me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos en él nuestra morada” (Juan 14, 23). Estas palabras de Jesús nos presentan todo el programa de la vida cristiana: amarlo, guardando su palabra. Entonces recibiremos el beneplácito del Padre, y seremos templo de Dios. El recogimiento interior es esencial para este proceso.



Ama el silencio

Jesús nos aguarda entre las dunas del desierto de Judea, para orar y ayunar. A Dios se le encuentra en la soledad del desierto, cuando hacemos silencio externo e interior. El silencio es el lenguaje de los ángeles. Entrar en contacto con Dios no sólo meditando, sino también contemplando.



Recogimiento para el encuentro

Había muerto la hija del jefe de la sinagoga, y le pide a Jesús que vaya a devolverle la vida. De camino, la hemorroísa consigue la curación con solo tocar su manto. Aprendemos ejemplos de acercamientos de fe, que nos traerán la vida y la salud. Pero es preciso hacer la experiencia del encuentro, buscando el centro de nuestro corazón, donde está Cristo.