Humildad



Alma humilde como el mar

Jesús ha venido a instruirnos, a decirnos cómo lograr el arte de vivir. Déjense instruir por mí, que soy manso y humilde de corazón, nos dijo. El humilde simplifica su existencia y la de los demás, logrando algo de capital importancia: ser amado por los santos, por los ángeles, por María y por el mismo Dios. ¡Ah!: y por los que están en su entorno.