Tibieza



La piedad impide la tibieza

La realidad creada nos trae mensajes de Dios. Uno de ellos, empleado por el mismo Jesús, es el fuego. Cristo deseaba ponerlo en cada corazón, incendiar la tierra. Es el fuego del amor, del Espíritu Santo, que erradica la tibieza. El cuidado de lo pequeño en la vida de piedad nos impide enfermar de este triste mal.