Trabajo



Laboriosidad 

“Mi Padre trabaja siempre y Yo también siempre trabajo”, decía Jesús. También en esto somos imagen de Dios, y con el trabajo colaboramos en la obra creadora. En cierto sentido, somos lo que trabajamos. San Josemaría “no sabía estar sin hacer nada” (ejemplos de su vida). Amar la virtud de la laboriosidad, para hacer rendir el talento del tiempo.



Tu trabajo se va al Cielo 

Los hombres ven las apariencias, pero Dios ve el corazón. Estas palabras de Jesús nos revelan que lo importante no es tanto qué hacemos, sino cómo lo hacemos. Rectitud de intención, amor a Dios, vida contemplativa, nos permiten una continuidad de descubrimientos de Dios en nuestra tarea cotidiana. Entonces nuestro trabajo sube al Cielo.



Santifica tu trabajo

El desarrollo humano de Jesús es el de una naturaleza humana verdadera y perfecta. No fue pescador, ni agricultor, ni pastor; fue artesano. Quizá nos quiera Dios indicar con ello la transformación de la realidad con las manos. Porque a eso vienen los hijos del Padre, a devolver, divinizándola, todas las tareas honestas de los hombres.