Rectitud de intención



Toda gloria a Dios

“Cuiden de no hacer sus buenas obras delante de los hombres, porque ya recibieron su recompensa”. Dirijamos todas nuestras obras a la gloria de Dios, y así cuanto hagamos tendrá mérito. En caso contrario, no tendrán valor en la eternidad. San Josemaría llamaba “robo sacrílego” al deseo de apropiarse algo para nuestra gloria.