Obediencia



Lo natural es obedecer

La Creación tiene una “pasividad” admirable: todo obedece perfectamente los designios del Creador. Aprendamos de la naturaleza, porque lo natural es obedecer. La Providencia del Padre, la Palabra del Hijo, las mociones interiores del Espíritu Santo… si nos adherimos gozosamente a ese querer seremos, como Jesús en Getsemaní, asumidos al Padre.



Excusas para asistir al banquete

Adivinamos como un tono de desencanto en la parábola de los invitados al banquete de un gran señor. Todos presentaron excusas. Démosle nuestra fiel correspondencia a todas sus mociones, deseando cumplir en todo la Voluntad de Dios. Porque la Redención se hizo a través de la obediencia, y no será de otro modo como se continúe haciendo.



Libertad y obediencia 

Característica de la personalidad de Jesús, su firme determinación para cumplir la voluntad del Padre celestial: No he venido a hacer mi voluntad, sino la del que me envió. Nosotros somos, como Él, enviados y, como Él, hemos de amar la voluntad que nos envía. Entonces haremos bueno uso del don de la libertad, y tendremos la seguridad de estar en el camino hacia el Cielo.