Pobreza



Felices los pobres de espíritu

Todos los hombres queremos ser felices, y Jesús nos dice cómo. Las bienaventuranzas son promesas de felicidad. Paradójicas, nos invitan a reinventar la vida. La pobreza de espíritu supone la conciencia de la nada de la criatura y el todo de Dios. Podemos intentar vivirla con respecto a Dios, con respecto a nuestras propias “grandezas” y con respecto a los demás.



4 de octubre

San Francisco, pobreza.

La vida de san Francisco de Asís manifiesta que Dios ama a los pobres de espíritu y les concede “gracias innumerables”. Amar, perseguir la pobreza, es indispensable para que el corazón humano quedé libre de seguir al Señor. La pobreza expresa esperanza en los verdaderos bienes.



4 de octubre

Pobreza para amar

Dios quiso recordar a la Iglesia, a través de san Francisco de Asís, la imprescindible necesidad de la pobreza para seguir a Cristo. Es un medio que libera el corazón, y de ese modo el mundo de la fe, de la contemplación, se hace posible. Educar los deseos, para que solo deseemos a Jesús.