Caridad



Dedicarse a amar

El ABC del cristianismo es vivir amando. Jesús enseña a no pasar de largo ante el prójimo, y a ubicarnos por encima de las razones que podríamos encontrar –o no encontrar- para amar. El amor brota de la fuente del corazón… ¿cómo ejercitarlo en esa línea?



Sirve el que sirve

No he venido para ser servido, sino para servir. Asombro: Dios me sirve a mí, miserable creatura. Y me pide que aprenda de Él, dedicando mi vida a eso. O posesión, o donación. La primera alternativa, fuente de infelicidad propia y ajena. La segunda, consumación y dicha. Para servir, servir.




Caridad y fe

La fe crea la caridad. Si nuestras obras de servicio, de atención, de cariño no son constantes y reales, revisemos si en el fondo no nos falta fe en la palabra y la acción interior de Dios en el alma.