Contemplación



Contemplación afectiva

El más grande don es haber conocido a Jesucristo. Reconocerlo fijando en Él nuestra mirada, aprendiendo a contemplarlo. No basta la consideración especulativa; es precisa la unión por el amor. Entonces comprendemos que el cristianismo es la identificación con una Persona.



Ser relacional

La vida eterna consiste en el conocimiento de Dios y de su enviado, Jesucristo. Comenzamos por lo inicial, la creación, obra de sus manos, gracias a la cual Dios invita a una primera relación con Él. Luego vendrá su acercamiento, a través de su Palabra y de su Espíritu. Nuestra grandeza consistirá en ser sus interlocutores, y eso lo podremos ir logrando con las normas de piedad.



Contempla en lo ordinario

San Josemaría predicó la contemplación en medio de los quehaceres ordinarios. Se trata de descubrir el quid divinum que late detrás de todo. Hay una Persona que te contempla: contémplala tú, y vivirás de amor.