Contemplación



Contemplar fijando los ojos en el Rostro de Cristo

Desde que san Juan Pablo II incluyó la Transfiguración del Señor en los misterios luminosos, habremos podido profundizar en él. Se refiere a él como “icono de la contemplación cristiana”, e invita a “fijar los ojos en el Rostro de Cristo”. Si tenemos vocación de contemplativos, en esa sencilla expresión tenemos el camino para lograrlo.



Salmo 26: Buscaré, Señor, tu rosto

Invitación a contemplar, en la oración personal, el Rostro de Jesús. Al ser el rostro que identifica a la persona, contemplar el Rostro de Cristo será estar con Él.



Ser contemplativo

Juan 14, 1: Voy a prepararos un lugar, cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que donde Yo esté, estén también ustedes conmigo. Palabras que nos llenan de consuelo: tenemos un lugar preparado en el Cielo, junto a Cristo, con Cristo. Contemplaremos la esencia trinitaria, envueltos en un amor interminable e infinito. Hagamos ejercicios contemplativos con la naturaleza, para luego poder ejercitarnos en la contemplación de su Rostro.