Esperanza



No al corazón apocado

La liturgia de la palabra del domingo XXIII (cae el domingo 9 de septiembre) del tiempo ordinario, ciclo B, presenta al sordomudo curado por Jesús. En la primera lectura, Isaías nos dice: “¡Ánimo, los de corazón apocado! Se devolverá la vista a los ciegos y los paralíticos saltarán como ciervos”. Sí, hemos de corregir actitudes desencantadas y poner nuestra confianza en Aquel que todo lo puede.



La esperanza no falla

Meditar la revelación que recoge san Pablo: “La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Rom 5, 5). Lo que anhelo en el futuro existe ya en el presente, y eso cambia mi presente, pues comparto mi vida con Cristo. Ejercicio de virtudes teologales, que llega a la locura del amor.



Confía: Jesús te salva.

Jairo y la mujer hemorroísa dan ejemplo de confianza absoluta en Jesús. Ojalá así nos pase: veámoslo siempre como nuestro Salvador. Confiemos absolutamente que Él es capaz de devolver la vida a nuestra semi-vida, y de sanar todas nuestras enfermedades. Para ir a Él precisamos aunarnos a través del silencio y del recogimiento.