Espíritu Santo



Con la fuerza del Espíritu Santo

Cuando nos sintamos desganados, incluso para las cosas de Dios, llamemos al Espíritu Santo. Vendrá a darnos ánimo, aliento. Es el armonizador, el organizador de nuestro mundo interior. No se hace notar, pero sin Él nada podríamos: es como la energía eléctrica que no la vemos pero notamos sus efectos. Es la totalidad del amor, mayor aun a la suma de amores que encontramos aquí abajo.



Quema con el fuego del Amor del Espíritu Santo

No quería olvidar san Josemaría, ni siquiera cuando leía un libro, invocar el fuego del Espíritu Santo para hacerlo todo por amor. Es la Llama Viva que llenó a los Apóstoles en Pentecostés, y que nos debe purificar y encender. No extingamos ese fuego cerrándonos a su acción, sino que aprovechemos todas las oportunidades para hacerlo todo por amor. Así nos encenderemos en esa Llama de Amor.



Espíritu Santificador

¿Por qué están los condenados en el infierno? Por haberse resistido al Espíritu Santo. Y los santos están en el cielo por haber sido dóciles a sus mociones. Atender a sus inspiraciones y saber distinguir su acción por los frutos, ante todo por el de la caridad.