Espíritu Santo



Don de consejo, espíritu de examen

El Espíritu Santo nos aconseja para discernir lo que es verdadero y bueno en el orden sobrenatural. Invocarlo: Espíritu Santo ilumíname; fuente de luz, alúmbrame. ¡Qué importante es saber si estamos o no agradando a Dios! Necesitamos de los consejos de lo alto, que vendrán en la oración serena, en la contemplación de la vida de Cristo, en los ejemplos de los santos y muchas veces también a través de otras personas.



La fuerza del Espíritu Creador

Veni Creator Spiritus… invoquemos al Espíritu Santo con este hermoso himno del siglo IX. Es una confesión de la necesidad que tenemos de Él, de sus dones, de su cercanía, de su protección contra el enemigo. Es el armonizador de nuestro caos mental, que lo convierte en cosmos, en belleza, en gloria de Dios. La docilidad a su acción lo atraerá más y más a nuestra alma.



La principal de nuestras necesidades

¿Necesitas algo? Todos podríamos responder: sí, necesito más Espíritu Santo. Con Él, puedo entrar en el ritmo de la vida de Dios. San Efrén el Sirio habla de estar como una antorcha dispuesta para recibir el fuego, o como el marinero pronto a surcar los mares a la voz del capitán. Con el alma anhelante de secundar la acción del Santificador. El Espíritu Santo nos hará posible acceder a las nuevas etapas de la vida espiritual.