Fe



Auméntanos la fe

Nuestra vida es un viaje, y tenemos astros que nos indican la ruta: son los santos, luces de esperanza que nos señalan el rumbo. Celebramos a santa Teresa de Jesús, cuya luz principal se refiere a la oración. Es un trato de amistad con quien sabemos nos ama. Pidamos a Jesús que nos aumente la fe, que es un don gratuito del todo sobrenatural. Fe para ver la Mano de Dios en todo, y mantener así la paz.



El Resucitado lo llena todo

La Resurrección de Jesús, además de ser un milagro, es un misterio. Él entra, también corporalmente, a la vida que ya no está limitada por el espacio, ni por el tiempo, ni por el declive, ni por la muerte. La realidad creada de Jesús, glorificada, asume la creación, y en Él nos movemos, existimos y somos. Él lo llena todo con su presencia.



Para el que tiene fe, todo es milagro.

Los milagros ocupan un lugar muy relevante en los Evangelios. Y no los relatan todos, porque si así fuera, no cabrían los libros en el mundo, dice san Juan. Un milagro muy elocuente es el de Jesús caminando sobre las aguas, y Pedro que quiere ir a Él. Al mantener la vista en su Señor, andaba sobre las aguas; en cuanto advierte el viento impetuoso, comienza a hundirse. Oigamos también dirigidas a nosotros las palabras de Jesús a Pedro: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” Estamos invitados a descubrir los milagros que hace Dios en cada instante.