Filiación divina



Verdadera identidad

Al considerar el bautismo de Jesús en el Jordán, recordemos nuestro propio bautismo. Es posible que no lo valoremos ni agradezcamos suficientemente, y en realidad todo comienza ahí. Es nuestra verdadera riqueza y nuestra más honda identidad. Vivamos con esa conciencia.



Consecuencias de la filiación divina

Si nos preguntan ¿quién eres?, decimos nuestro nombre. Pero si nos preguntan, ¿qué eres?, tendríamos que responder con nuestra verdad más honda, es: “Soy hijo de Dios”. Dios nos da su ser: una verdad fuerte y maravillosa. Tomárnosla en serio, para estar en la verdad. Profundísimo agradecimiento a Dios, confianza ilimitada en su Providencia y en su amor, trato confiado y sencillo con nuestro Padre Dios, son algunas derivaciones de esa verdad.



Hijos del Padre

Increíble revelación, que debe constituirse en el fundamento de toda nuestra vida. Una nueva relación: paternidad del Padre hacia mí, filiación mía hacia Él. ¿Entrega a medias, o infestada de temor, o con victimismo? En estos casos tendríamos que incrementar nuestra conciencia de hijos.