Padre bueno
Meditar la vida de Jesús es camino de verdad y de salvación. Esa vida comienza en el vientre de María, y en esa Alianza definitiva descubrimos nuestra identidad: ser hijos de Dios, amados incondicionalmente por un Padre bueno. Pidamos el don de piedad, para comprender y vivir esta asombrosa realidad.
Acciones de hijos de Dios
Al considerar el mensaje de san Josemaría, hallamos su fundamento: la filiación divina. Todo arranca del hecho maravilloso de nuestro bautismo, donde se nos comunica la vida de Cristo. Nuestras acciones valen porque estamos en gracia, y podremos acrecentar nuestro Cielo si crecemos en gracia, es decir, en amor.