Alegría



La alegría de esperar el Amor

Gaudete et exultate, “Alégrense y regocíjense”: palabras dirigidas por Jesús a sus apóstoles. ¿Y cuál es la causa? “Porque sus nombres están escritos en los cielos”. No como posibilidad, sino como realidad. Beato Álvaro: “Estamos en condiciones de conocer y de gustar los bienes eternos”, ya desde ahora. “Pensad en el Amor del Cielo”, invitaba san Josemaría. Sin que nos retraigan nuestras miserias.



Alegría y amor

Más que ideas o doctrinas, el cristianismo es rostro y encuentro. Y esa es la razón de la alegría cristiana: “Os anuncio una gran alegría…”. Dios es inmensamente feliz y quiere que nosotros lo seamos. El homo ridens es imagen del Deus ridens… aprender la “iucunditas”, virtud que convierte en sonrisas todos los sucesos.



Alegría fruto del amor

Son muy numerosos los pasajes del Nuevo Testamento en que se nos habla de la alegría que trae consigo la presencia de Jesús. Y las promesas de alegría al seguirlo. ¿Cómo mantenernos siempre así? Con el diálogo contemplativo, logrando que todo nos lleve al amor, con el recuerdo de sus grandezas. Y sembraremos entonces alegría por doquier.