Amor a Dios



El tesoro es el amor

Dos pequeñas parábolas: el tesoro escondido y la perla preciosa. ¿En qué radican? En el Amor de Cristo, pues Él nos ama a nosotros como el Padre lo ama a Él. Y espera correspondencia. Entonces, si lo hacemos, recibimos más amor, pues el amor es la paga. Cuidar, por tanto, la rutina, el envejecimiento del amor. Que sea siempre joven, porque descubre nuevos detalles.



Reglas del amor

“Dios es amor”. Y nosotros su imagen, por lo que debemos ser lo mismo. ¿Cómo se enseña el amor, si es personal? Mons. Luis M. Martínez da tres reglas: enseñar a personalizar en el trato con Jesús; llegar al corazón en ese trato; saber que es un arte, es decir, que cada uno debe desarrollarlo según su modo propio. Estaremos en camino de ver el Rostro del Señor.




Todo por amor

Cristo se hace presente en unas bodas, y también está presente María. Nos recuerda así que ‘para este fin de amor fuimos creados’. Todos los amores participan del Amor, con mayúscula. Saberse amados es el presupuesto para saber amar: hazlo todo por amor, así no hay cosas pequeñas, todo es grande: se va al Cielo.