Abrir el corazón a Dios
Con motivo de la beatificación de Álvaro del Portillo el papa Francisco dijo: “el camino que ha de recorrer todo cristiano es dejarse amar por el Señor, abrir el corazón a su amor y permitirle que sea Él quien guíe nuestra vida”. Un maravilloso resumen de la santidad. Que creamos en el amor de Dios, abriéndole nuestro corazón en prolongadas y serenas comunicaciones con Él.
Con amor eterno te amé
El profeta Jeremías pone en labios de Yahvé una hermosa revelación: “Con amor eterno te amé, por eso he reservado gracias para ti” (31, 2). Aunque nosotros hayamos comenzado a amarlo en el tiempo, Dios nos ama antes de la Creación. Y nos lo sigue manifestando de mil modos, uno básico: el de mantenernos en el ser, impidiendo que volvamos a la nada, de la que salimos. Dentro de sus incontables manifestaciones de amor, pensemos en el regalo de nuestro ángel de la guarda y en el amor que nos tienen los santos.