Apostolado



Buen Pastor somos todos

En la historia de la salvación, Dios elige hombres que sean caudillos y liberadores: Moisés, David, que antes habían sido pastores. Preparaban la figura del Buen Pastor, que encarnada Cristo. La Iglesia es “pastoral”, y lo es el Opus Dei, y hay pastores, a los que debemos unirnos. Pero, aunque seamos ovejas, también somos pastores de los demás.



La imprescindible fe

Jesús no permitió que la multitud que lo seguía fuera a comprar provisiones a los caseríos cercanos. Les indicó a sus apóstoles que ellos les dieran de comer (cf. Mt. 14, 13-21). Aportaron cinco panes y dos peces; el 99,9% lo tuvo que hacer el Señor. Pero quiere contar con ese mínimo aporte, desea hacernos el honor darles de comer el Pan de su Palabra y de su Eucaristía a la multitud hambrienta.




Se es apóstol siempre

No es separable la vocación cristiana de la misión apostólica. El centro de la evangelización es Cristo, y a Él podemos anunciarlo de todos los modos posibles. ¿Cuáles son algunos de ellos?