Ámalo en otros corazones
El kerigma de la comunidad cristiana post-pascual no era “ámense unos a otros”, ni siquiera “Jesús es el Mesías esperado”. Era, sencillamente, “Jesús está vivo”. Ese anuncio es el evangelio, la buena nueva, y hay que proclamarlo con gran alegría: evangelii gaudium, según la enseñanza del papa Francisco.
Apostolado: ser Cristo.
Jesús habla del gran banquete al que nos invita el Padre celestial. Pero encuentra muchas negativas, pretextos a veces incluso absurdos. Pero no deja de enviar a sus siervos a las calles y plazas, caminos y veredas. Tiene un gran deseo de que se llene su mesa. Nosotros somos esos siervos. Hemos de salir de prisa, conscientes de que la eficacia de nuestro apostolado depende de nuestra unión íntima con Cristo.