El infierno es desamor

De no hablar del infierno estaríamos mutilando el mensaje de Cristo. Es la parte seria de la vida, pues no se puede uno burlar de Dios impunemente. ¿Cómo tener la seguridad de que no será ese nuestro destino? Si vivimos amando. Plantear la existencia en términos de donación, a través de la práctica de las obras de misericordia.



Cielo y contemplación

No es Jesús alguien ausente. ¡Pero lo vemos entre velos, en la oscuridad de la fe! Deseamos verlo cara a cara, en la Visión Beatífica. Educar nuestros deseos, para que sea mayor nuestra dicha. Tenemos el adelanto en la oración contemplativa, donde se da el encuentro y la unión por el amor.



Sacramento del Amor total

Ante la enormidad del Santísimo Sacramento, la invitación es a adorar. Un regalo podemos pedirle: el aumento de fe y de amor para tratarlo como Alguien sensible, porque es Él. De la vida eucarística depende todo el vivir cristiano y toda la eficacia evangelizadora. Unirse a los ángeles que adoran y a María siempre presente.