Pentecostés (incluye Decenario)



Quinto día: contar con el Espíritu Santo

Jesús insistió mucho al final de su vida en el envío del Espíritu Santo. Vendrá Él no como visitante transitorio, sino como morada permanente. Que el Santificador pueda alegrarse en la morada de tu corazón, porque le abres la morada y dejas que de ti se posesione.



Sexto día: Vida nueva, virtudes teologales

“Tienes que nacer de nuevo”, dijo Jesús a Nicodemo… pero el fariseo no entendía. ¿Lo entendemos nosotros? ¿Vivimos conscientes de las maravillas que la gracia divina realiza en nuestra alma? Las virtudes teologales, los dones del Espíritu Santo y las virtudes morales infusas garantizan que esa vida nos vive.



Séptimo día del decenario - Que el Espíritu Santo guíe cada acción

Toda nuestra vida se desenvolverá de acuerdo al plan de Dios si nos abrimos a la voz del Espíritu Santo. Es el Santificador: contar con su acción. El Espíritu Santo todo lo sondea: nadie puede pretender andar por caminos divinos si no cuenta con el que conoce las profundidades de Dios.