Adviento



En todo, amar a Jesús.

Las lecturas del III domingo de Adviento (ciclo B) nos presentan a Juan el Bautista aclarando que él no es el Mesías. Coherente siempre, su vida está señalada por una completa orientación a Aquel que anuncia. Invitados también nosotros a esa coherencia, buscando en todo al Amado.



Silencio del corazón

“Nos es preciso reubicarnos de continuo, pues de continuo perdemos la dirección de nuestro caminar. Buscamos, como los Magos, al Rey de los judíos, a diferencia de Herodes, que perseguía un fin falso. Dirijamos paso a paso nuestro caminar en dirección a la estrella, teniendo como meta la identidad con el Corazón de Jesús.



Ya llega el Señor

El Adviento nos invita a aumentar el ansia del Redentor. En el cuento de Aladino, también ahora se nos presenta el Genio preguntándonos: ¿qué deseas? “Nada sino Tú, Señor”, podemos responder con santo Tomás de Aquino. El Adviento corrige las emociones descontroladas, invitándonos a la emoción que salva, la del amor al Señor.