Epifanía



Epifanía

Sigue la Estrella 

En la Solemnidad de la Epifanía, nos fijamos en la Estrella. Es un “solo” dentro de la gran sinfonía de los astros. Revolución copernicana: ya no nos guiamos por lo irracional, sino por un amor que mueve el sol y las demás estrellas. Ese Sol es Cristo, que con su plenitud lo llena todo.



La fe es luz

En la solemnidad de la Epifanía, nos sentimos interpelados por la luz de la que habla Isaías. Esa luz surge de Jerusalén, y al llamado de ella acude gente de todos los pueblos. Tenemos la luz de la fe, dejémosla que ilumine todas las circunstancias de nuestra vida, en particular la oración y los sacramentos.



La luz y la Luz

Lumen requirunt lumine, expresión de un himno litúrgico de Epifanía que se refiere a la experiencia de los Magos: siguiendo una Luz, encuentran la Luz. También nosotros hemos recibido una luz (en el bautismo, que es la fe), para encontrar la Luz, que es Cristo. Ejercitarnos en la fe, para que ilumine todos los aspectos de nuestra vida.