Recibe a María en tu espacio interior
El alcance de la expresión de san Juan, luego de recibir de Jesús crucificado a María como madre suya, va más allá del hecho histórico. Todos somos “el discípulo” que la recibe en su casa, en la casa de nuestro interior. Sabiéndola ‘nuestra’, de nuestra propiedad, como un maravilloso regalo que Jesús nos deja. Y hemos de intentar que Ella esté presente en todos los ámbitos de nuestra vida espiritual.
Viernes Santo de la Pasión del Señor
Podemos intentar el día de hoy recogernos para acompañar hora por hora los sucesos que le ocurrieron a Jesús. La clave del amor es compartir, máxime en los momentos de dificultad y abandono. Aprenderemos que ahí, en el Crucificado, se resume la historia de la humanidad, se nos revela el valor de cada alma, se nos abren las puertas del cielo y aprendemos que el dolor es salvífico.