Tibieza



Almas retardadas (2)

La invitación de Dios a la apertura y la relación no se pierde solo por el pecado, sino también por el amor menguado, la tibieza. Los maestros de la vida espiritual llaman también a ese estado el de “almas retardadas”, e invitan a conjurarlo al subordinar la actividad natural a las virtudes teologales.