Juicio sin sorpresas
Luego de nuestra muerte, Jesús será nuestro Juez. ¡Qué alegría ser juzgados por Aquel que hemos amado tanto! Vivir oyendo los mensajes de Dios: el Padre nos habla en la Creación y en la página del “Hoy”; el Hijo en su Palabra y en la Eucaristía; el Espíritu Santo en las mociones interiores.