Verdadero Dios



Adoración vs arrianismo

La actitud de los Magos es de adoración. Así lo dice dos veces el relato de san Mateo. La adoración en cuanto que lo reconocen como Dios, porque solo a Dios se adora. El arrianismo –negación de la divinidad de Jesús– es una constante a lo largo de la historia, y podríamos nosotros tener ciertos influjos arrianos cuando no damos la absoluta primacía a la centralidad de Jesús en nuestra vida.



El hilo negro del arrianismo

El primer concilio ecuménico, celebrado el año 325 en la ciudad de Nicea, definió la naturaleza divina de Jesús de Nazaret, consustancial al Padre. Es tentación frecuente presentar un Jesús no-Dios, buscando que tenga más aceptación en la sociedad. Corremos el peligro de ser arrianos, si no en la afirmación de la fe en la divinidad de Jesús, sí en la práctica, por ejemplo, cuando dudamos de la eficacia de los sacramentos o de la oración de petición.



El peligro del arrianismo

Jesús afirma con absoluta claridad su identidad con el Padre. Hacerlo fue la causa de su condena. Muchos intentos a lo largo de la historia han pretendido presentar un Cristo que no es Dios: desde los fariseos hasta el islam, pasando por Arrio, que quiso hacer más fácilmente aceptable a los paganos la figura de Jesús. Tenemos el riesgo de ser arrianos cuando se nos desdibuja la divinidad del Señor.