Encarnación


25 de marzo

No yo sino Cristo

La Encarnación del Verbo nos enseña que el hombre puede ser elevado a la altura de Dios. Conciencia de nuestra identidad: somos hijos del Padre por la unión de amor con Jesucristo. ¿Cómo lograr esa identidad en pensamientos y afectos con el Dios hecho hombre?




Anunciación y Fe

María pondera en su corazón las palabras del Arcángel. Escucha un misterio de tal magnitud como nunca se había oído en la tierra. Y Ella se abre a la obediencia de la fe, y en María encontramos el apoyo a nuestra propia fe.



Solemnidad Encarnación Endiosados

Misterio que nos rebasa: el Dios infinito se hace uno de nosotros. Solemnidad que, en cierto sentido, es la más importante, pues se inicia la salvación. El Verbo fue hecho ex Maria, de María, de la realidad de un cuerpo y una sangre. Así ha de suceder en cada uno: Cristo debe formarse a partir de nuestro ser personal. Es el endiosamiento, o divinización. “Cristiano, sé lo que eres”, podríamos decir parafraseando a san Juan Pablo II. Sé realmente de Dios, divinízate.