La diferencia está en el amor
Los caminantes de Emaús estaban entristecidos y sus ojos retenidos para que no reconocieran a su misterioso acompañante. La tristeza ante las cosas de Dios, acedia o pereza espiritual, impide ver a Jesús. Es el triste letargo del que no ama. Resulta muy distinto hacer algo por amor que sin amor. Y distinta es recompensa en la eternidad. La diferencia está en el amor.