Gabriel, San



San Gabriel y las buenas noticias

Metámonos en el mundo de lo que no se ve, el mundo maravilloso de los ángeles. Meditemos sobre Gabriel, ya que Dios ha querido revelarnos su nombre y, por tanto, su personalidad. Y vemos que Dios le encarga traer a la tierra los mensajes del Cielo, particularmente la Anunciación. Aprendamos de Gabriel a traer el aire del paraíso, con nuestra alegría que participa de la Buena Nueva.



Bajo el patrocinio de san Gabriel

San Gabriel trae a la tierra las buenas nuevas celestiales, particularmente la Encarnación del Verbo. Es un comunicador de alegría, como hemos de procurar serlo nosotros. Cumpliremos el oficio ‘profético’, del alma sacerdotal: estar al habla con Dios para hablar a los hombres de aquello que hemos recibido. Otra deuda con san Gabriel: habernos revelado que María es la llena de gracia.



San Gabriel: mensajero del Cielo.

Nos ha sido revelado un ángel que es el trasmisor de los mensajes divinos: Gabriel. Podemos ser nosotros también “ángeles” a través del alma sacerdotal, cumpliendo el oficio “profético”. El profeta habla con Dios y luego trasmite lo que ha oído. Gabriel le dice a Zacarías: “Soy Gabriel, el que está delante de Dios. He sido enviado para hablarte y revelarte esta buena nueva”. Seremos buenos trasmisores de los mensajes divinos en la medida en que estemos al habla con Dios.