Bautismo de Cristo



Bautismo de Cristo y filiación divina

Gran teofanía del Jordán. Investidura de la misión de Cristo e imagen de nuestro propio bautismo. Los cielos se abren, desciende el Espíritu Santo, el Padre nos adopta como hijos. Grandeza incomparable que nos sitúa muy por encima, infinitamente, sobre el nivel natural. Mantener la conciencia de nuestra dignidad en cada aspecto de la existencia.



Bautismo de Jesús y nuestro bautismo

Lo que hemos vivido en Navidad alcanza una plenitud con la fiesta de hoy. El bautismo del Señor concede a las aguas el poder santificador, y esas aguas nos permiten ser recibidos como hijos del Padre, nos invade el Espíritu Santo y somos transformados en el mismo Cristo. Valorar la gracia, que es lo que hace posible el mayor de los dones: nuestra filiación divina y nuestra herencia en el Reino de los Cielos.



Fiesta del Bautismo del Señor

Con la fiesta de hoy termina el tiempo de Navidad y comienza el tiempo ordinario. Jesús fue bautizado para conferir al agua el poder santificador. Revaloremos nuestro Bautismo, pues ahí empezó nuestra vida que no tendrá fin. Todos los signos que acompañan al rito, y que en su momento no fuimos conscientes de ellos, podemos ahora tomar conciencia de ellos y experimentar su eficacia.