María y la vida interior
Los sábados dirigimos a María una mirada aún más cariñosa. Y aprendemos que su grandeza proviene al comprobar que Ella es toda de Dios. Por eso es el icono de la Iglesia, lo que todos deberíamos ser. Para nosotros, como para María, la clave es comprender que nuestra vida “está oculta con Cristo en Dios”. Se trata de crecer para adentro, crecer el nivel de gracia santificante.