Sacerdocio



El sacerdote necesita poner su esperanza en Dios

Jesús se despide de sus apóstoles y les dice: “En el mundo tendrán tribulaciones, pero tengan confianza, Yo he vencido al mundo”. Tenemos la seguridad de la victoria, con la condición de que sea Jesús la razón de nuestra esperanza. “Bendito el que pone su esperanza en el Señor”, dice el profeta Jeremías. Y esa actitud nos lleva a vivir alegres, a ser creativos, a plantearnos grandes cosas por el Señor.



Sacerdote según el Corazón de Jesús

La oración “Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas…” pide lo que más servirá para la Iglesia y la humanidad: sacerdotes santos. El sacerdote es llamado “Padre”, y debe tomar conciencia de su paternidad, que consiste fundamentalmente en “echar para arriba” a la grey que se le ha encomendado. Un sacerdote santo es el mejor regalo que Dios puede dar a una comunidad de fieles.



Vocación sacerdotal

Dios nos ha elegido, en Cristo, antes de la creación del mundo. Tener la conciencia de haber sido elegidos a través de esa indescriptible combinación de posibilidades, para llegar a lo que somos. El misterio de la vocación se va revelando poco a poco, suave y fuertemente. El hombre supera infinitamente al hombre, porque Dios lo sostiene. Hacer que sea el amor lo que sostenga nuestra fidelidad.