Delicadeza de Jesús, que pone en nuestros labios lo que debemos pedir al Padre, y en el orden en que debemos hacerlo. Cada vez que lo recemos, redescubramos el Padrenuestro.
Reconquistar el Padrenuestro
Valorar como un tesoro esta plegaria: el Padre reconoce en nosotros la voz de su Hijo. Nos reeduca los deseos, pues enseña a desear lo que debemos y en el orden debido. Rezarla es algo comprometido: lo que ahí pedimos nos cuestiona profundamente.
Ora sin cesar
La Cuaresma, que empezará muy pronto, es un tiempo de gracia. Comencemos por recordar que somos polvo: no vivas superficialmente. Vive en la verdad: tu tiempo está contado. El proyecto de Dios es para después. La Cuaresma es un regalo, pues se trata de reencontrar los bienes eternos.