La fe es luz

En la solemnidad de la Epifanía, nos sentimos interpelados por la luz de la que habla Isaías. Esa luz surge de Jerusalén, y al llamado de ella acude gente de todos los pueblos. Tenemos la luz de la fe, dejémosla que ilumine todas las circunstancias de nuestra vida, en particular la oración y los sacramentos.