Enero



5 de enero

Santo de humildad

En san José, Dios ha querido hablarnos de la virtud de la humildad. Él no fue sino comparsa, es decir, un personaje secundario dentro del gran misterio de la Redención. Por eso puede llamársele “santo de humildad”, ya que no tuvo ningún deseo de protagonismo. Revisemos dónde se nos da ser protagónicos y evitaremos el peligro de robarle así a Dios la gloria que se le debe.



6 de enero

Sigue la estrella de Jesús

Jesús es luz, y con su luz llamó a los Magos a través de la estrella. El libro del Apocalipsis llama a Jesús “lucero de la mañana”: sigamos esa señalización única, intentando que nuestra vida se colme con su Presencia. El camino es largo y azaroso, pero confiemos: si alguna vez perdemos el rumbo, Él se conmoverá con nuestro deseo y volverá a manifestársenos muy pronto.



7 de enero

Ante el Niño, los Magos adoran a Dios.

En la liturgia de la palabra de la Solemnidad de Epifanía, aparece de continuo la actitud de los Magos: adorar al Niño. Y lo hacen porque es Dios. La principal de las herejías de la antigüedad, el arrianismo, le negaba la consustancialidad con el Padre. La herejía no acabó con la condena de Nicea, sino que todos, de alguna manera, tenemos un pequeño arriano que nos acecha. Por ejemplo, cuando se nos pierde la centralidad de Jesucristo y lo relegamos a un plano secundario.