Febrero



2 de febrero

Purificación

María, con Jesús en brazos, sale de su ocultamiento de 40 días previsto por la ley mosaica. Va al Templo, y se le anuncia que una espada traspasará su corazón en el ofrecimiento de su Hijo. La pureza se purifica, como para invitarnos a vigilar la propia pureza de nuestro corazón. Más que atender a las virtudes aisladas, monitoreemos nuestro corazón, del que procede todo lo bueno y lo malo.



3 de febrero

Que el demonio no te robe las mociones del Espíritu

Cuando Jesús explica la parábola del sembrador, dice que los pájaros que se roban la semilla son los demonios. Podemos entender que los granos que constante caen en nuestras almas son las mociones del Espíritu Santo. Si no estamos precavidos y entrenados, es muy fácil que ese germen de santificación sea anulado por el maligno. Atendamos a las continuas inspiraciones, diciéndole siempre que sí.



4 de febrero

Omnipotencia y amor infinito en la Eucaristía

El inaudito prodigio de un Dios escondido en el Pan es resultado de un poder sin ninguna restricción y de un amor infinito. Entonces creemos en esa Presencia con una certeza mayor a cualquier otra. Es una presencia sustancial, que no depende de que lo creamos o no. Recobremos el asombro eucarístico y tengamos como centro de gravedad la Eucaristía en nuestra vida.