La Misa como alabanza
Dios mío yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y por siempre.
La primera obligación de la criatura, como recuerda el salmo 144, es la alabanza a Dios.0
¿Y cómo lograrlo de la mejor manera?
En la Santa Misa, donde Dios glorifica a Dios, y nosotros nos unimos a esa glorificación.
Todo honor y toda gloria al Padre celestial.