1 de enero
La Madre de Dios nos acompaña en el Año Nuevo
Es un don de Dios poder arrancar el año con este maravilloso pórtico: el principal de los dones de María: ser Madre de Dios. Y lo maravilloso es que también es nuestra madre. Entra con delicadeza en todos los ámbitos de mi vida, y me colma de luz, me alegra la existencia, me protege, me cura, me alienta. Ella nos acompaña en el proyecto de Dios, que no es otro que divinizarnos.