Espíritu Santo: Vida y Amor.
Confesamos que la Tercera Persona es el Señor de la Vida y el Dador de la Vida. Una es inseparable de la otra, la vida es amor, el amor es vida. Por eso el hombre es imagen de Dios, llamado a la relación, al diálogo. Estemos en esa relación amorosa en medio de los trabajos más comunes, recordando que el amor es total ausencia de separación. Si perdemos la conexión, vivimos encerrados en nuestra propia infelicidad.