La fe ilumina todo
Jesús reprende duramente a escribas y fariseos cuando le piden una señal prodigiosa: “Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal” (Mt 12, 38). Encuentra corazones cerrados a los que no basta su palabra. Atendamos nosotros a ella, pues la fe viene del oír, y con ella todo cambia. Un acto de fe verdadero y sincero nos pone en contacto con Dios, independientemente de nuestra sensibilidad del momento.