20 de mayo
Como niño ante Dios
¿Hacernos como niños para entrar en el Reino de los Cielos? ¿Qué derivaciones tiene esta invitación del Señor? Quizá la consideración de nuestra nada frente al todo de Dios. Y, de ahí, el abandono confiado. Y esto en cualquier época de la vida, aunque quizá en la vejez, en la que se repiten características de la niñez (como la indefensión), se haga más necesario. La infancia espiritual es ejercicio de virtudes teologales. Dios esperará de nosotros la sencillez y el cariño del niño.