14 de julio
Les deseo que sean consolados en sus corazones
A los Colosenses (2, 2) manifiesta san Pablo su amor paternal al escribirles: “Les deseo que sean consolados en sus corazones”. Y es que todo hombre es indigente, carente, necesitado de consuelo. Y lo es particularmente en el fondo de su yo, en su corazón. Ese consuelo es Jesús y, al recibir su consuelo, nos convertimos en consoladores suyos: Él tiene sed de nosotros. Seremos consolados con la oración contemplativa, donde se dan verdaderos encuentros y uniones.