18 de julio
Amor a la verdad
No lo dudemos: la verdad es de Dios; la mentira, del demonio. Es preciso desenmascararla, tanto en nuestra vida personal como en la sociedad. San Josemaría decía: “La Obra, hijos míos, es muy amiga de la verdad”. Oír la voz de Dios sobre nosotros mismos será la primera forma de situarnos ante nuestra propia verdad.